Estimados compañeros y compañeras:

Nos volvemos a presentar ante vosotros para pediros dos cosas. La primera de ellas son en realidad cuatro, cuatro minutos. Lo que vais a tardar en leer esta carta en la que os queremos resumir lo que nos mueve a mantener el compromiso con el bienestar de la plantilla de Abanca y concurrir a las elecciones sindicales del próximo mes de noviembre. Es muy fácil compendiar en tan poco tiempo el motivo, porque lo que nos sostiene en pie sois vosotros y vosotras. Sin más.

Creemos, siempre lo hemos defendido, que unos trabajadores contentos y a gusto provocan algo tan revolucionario como que la empresa vaya mejor. Paradójicamente los que dirigen el proyecto de esta entidad no parecen tenerlo tan claro, quizás porque es mejor para ellos ver (y disfrutar) de los beneficios económicos que de los humanos.

Conseguir que la plantilla de Abanca tenga (o mantenga) unas condiciones dignas de trabajo nos obliga a luchar contra un sistema que promueve el individualismo, que deshecha el poder del colectivo y que día a día echa por tierra, a veces incluso desde posiciones cercanas, la labor de los sindicatos libres. Sindicatos como ASCA, no supeditados ni al poder de los dueños (todos sabemos que poner el lobo de guardián del corral no da buen resultado), ni al poder de unas siglas que desde lugares remotos, ajenos a nuestra idiosincrasia y a la dureza de los tiempos detrás de un mostrador en una oficina bancaria, deciden lo que es bueno para la persona que está justo ahí, en esa silla detrás del mostrador, atendiendo a los problemas y las peculiaridades que no son pocas de esta época que nos ha tocado vivir de la gente, muy preocupada por todo lo que nos rodea.

No es fácil batallar contra un status quo que maneja ambiciones y poderes. Pero en ASCA no somos de rendirnos a la primera. Y no lo hacemos por los más jóvenes, los que entran en Abanca para labrarse un futuro laboral, y lo hacen en unas condiciones precarias e inestables, con miedo a ser despedidos y con la espada en el cuello, cada día, para que cumplan objetivos aunque estos incluyan dar codazos a los compañero de al lado, este no fue ni será nunca un espíritu que defendamos. Pero también por los veteranos, los que ya llevan años y crisis partiéndose la espalda para que los clientes de la entidad confíen cada día en nosotros. Trabajadores que ven como se ponen en peligro derechos adquiridos y que su experiencia no es un grado, sino un estorbo.

Decíamos al principio que os queríamos pedir dos cosas. La segunda es vuestro voto. Pero no solo un día y en una papeleta, no. En ASCA queremos vuestro voto para el día de las elecciones y también para el resto de los días. Para que seáis vosotras y vosotros los que decidáis la posición del sindicato en las decisiones importantes que conciernen a la plantilla. Porque, ¿quién mejor que las personas que cada día se levantan y acuden a las oficinas de Abanca con la intención de hacerlo lo mejor posible para decidir sobre su presente y su futuro? A las que quieren trabajar y trabajar bien, a las que quieren conciliar, a las que les mueven la honradez y la conciencia de las cosas bien hechas, a todos os pedimos vuestro voto. Nosotros prometemos honradez, transparencia y participación. No es algo que guste a todo el mundo, pero podemos aseguraros que en nuestro caso no se trata de gustos, £. Porque en ASCA también creemos que el apoyo tiene que ser mutuo y aquí estamos para lo que necesitéis, cuándo lo necesitéis.

Queremos ser tu soporte.

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