SI ERA POCO EL CORONAVIRUS AHORA…

Es una época triste, desoladora. España contabiliza cientos de miles de personas contagiadas por COVID19 y la cifra de fallecimientos por este virus que todo lo cambia se acerca a los 20.000. El miedo a lo que puede hacer con nosotros esta pandemia mundial desde un punto de vista económico, sanitario, social, personal está ahí. Todos lo sufrimos. Pero además, como trabajadores del sector bancario y por lo tanto de un servicio esencial que nos obliga a estar en relación con muchas personas, nuestro miedo también tiene un cariz particular. Tenemos miedo a ir a trabajar por la exposición que esto conlleva al contagio. Tenemos pavor a contagiarnos y pasárselo a nuestras familias. Porque además conocemos a amigos, conocidos, familiares y compañeros que padecen la enfermedad y sabemos de lo que es capaz.

En este contexto, ASCA ha pedido formalmente a la empresa y también al resto de sindicatos que se paralice la negociación del proyecto de restructuración de la plantilla por una cuestión de SENTIDO COMÚN (un excepcional estado de alarma).

La respuesta a nuestra petición de aplazamiento ha sido un cuanto menos sorprendente preacuerdo de 32 hojas firmado por Abanca y los sindicatos CCOO; UGT y CSICA.  Un documento que recoge 190 “prejubilaciones voluntarias” y 50 traslados forzosos de compañeros. Reiteramos lo de forzosos porque si no se aceptan irán acompañados de despidos.

Este preacuerdo no solo llega en un momento delicado, además incluye una flexibilidad horaria para 550 personas y una movilidad geográfica a criterio de la empresa con las consiguientes medidas de presión que esto puede suponer para cualquiera.

No entendemos cómo con los espectaculares resultados publicados y habiendo recibido del Estado Español ayudas millonarias, desde Abanca se planteen estas condiciones tan poco proporcionadas y exiguas para su plantilla. (Tanto en el número de prejubilaciones como en las cantidades propuestas).

No entendemos la premura de los sindicatos firmantes para dar por bueno un preacuerdo que cambia condiciones de trabajo de un gran colectivo y de los que se van.  Sobre todo teniendo en cuenta que las reuniones por el convenio colectivo y en otras entidades con procesos parecidos al nuestro como Ibercaja o Liberbank, estas reuniones se han paralizado o aplazado.

Con respecto a los compañeros de BCG, nosotros siempre hemos estado de acuerdo con la equiparación de sus condiciones a las de la plantilla de Abanca, aunque no entendemos los criterios temporales. Lo que no nos parece de recibo es que se nos remitan la propuesta de la empresa al correo corporativo el lunes a las 8 de la tarde siendo la reunión al día siguiente, martes, a las 11 de la mañana. Sin tiempo, dadas las circunstancias, para analizar ese contenido, hacer las consultas jurídicas necesarias o incluso redactar una contrapropuesta.

Como es de bien nacido, ser agradecido, “agradecemos” los aplausos de la dirección y los videos dando ánimos a la plantilla para seguir adelante. Pero agradeceríamos más que se cuidara la conciliación familiar y que aquellos que insisten en la presión comercial sin dar tregua, fueran conscientes del estado de alarma en el que se encuentra el mundo.

Solo nos queda decir. Muchas gracias a todos.