Nos presentamos sin rodeos,

Somos ASCA. Unas siglas que si se tuvieran que definir con una sola palabra, ésta sería la primera que la conforma: «Alternativa». Porque como alternativa nacimos en el año 2010 para hacerle frente a un sindicalismo que no nos representaba. Un sindicalismo que a nuestro entender no era capaz de recoger y defender la voz de la plantilla, de todas esas mujeres y hombres que cada día detrás de un mostrador, de una mesa o de una pantalla de ordenador se esfuerzan, nos esforzamos, por sacar adelante los objetivos de nuestra empresa que, son, en última instancia los objetivos que persiguen nuestros clientes con sus sueños, deseos y preocupaciones.

Alternativa también fuimos en el año 2014 cuando en las elecciones de aquel mes de noviembre muchos de los trabajadores de Abanca nos dieron su apoyo, su confianza y su voto hasta conseguir ser el sindicato más votado en Galicia (32 delegados y un 26,45 por ciento de los votos) y el tercero más votado de toda España en Abanca con un 20 por ciento de las papeletas. Un porcentaje, en términos nacionales, que esperamos aumente gracias a vuestro apoyo.

Porque sí, nuestro origen es Galicia, pero nuestro espíritu es generalista y estatal. Nos avala el conocimiento que tenemos de la empresa y también nuestra cercanía a los órganos de gobierno de la misma ya que tanto la razón social como la sede principal de Abanca están en nuestra comunidad autónoma. Además somos conscientes de que los problemas y preocupaciones que atañen a la plantilla de Abanca son iguales en Galicia que en León, Asturias, Bilbao, Madrid, Barcelona, Valencia, Canarias…. Sin rodeos, y sin fronteras.

Somos la opción del cambio hacia un sindicalismo en el que no solo hay representantes, también participantes. Porque las decisiones en ASCA no la toman ni los delegados ni los dirigentes, si no sus afiliados. Todo se vota en ASCA y todas las votaciones se acatan por mayoría. Las grandes decisiones que afectan al devenir de la empresa y las pequeñas decisiones sobre el trabajo diario de la plantilla. Al fin y al cabo las mujeres y hombres que cada día trabajan para Abanca detrás de un mostrador, de una mesa o de ordenador sois (somos) los que sabemos cuáles son las luchas a las que nos enfrentamos y los problemas de una situación laboral en la que, de continuo, se ponen en jaque nuestros derechos.