El “cambio de rumbo” se utiliza a veces como metáfora para dejarlo todo y volver a
empezar. Así ocurre con la comercialización y venta del Abanca Fondepósito FI, un fondo monetario de renta fija a corto plazo de las listas de fondos recomendados, que nos ayuda a
conseguir los objetivos de fuera de balance, en un momento de subida de tipos que, en
estos momentos es clave para la entidad y para conseguir los numerosos objetivos de los
empleados que en ella trabajamos.

A primeros de año se nos anunciaba como un producto novedoso y “fácil” de comercializar, con un test MIFID asumible, entendible para los clientes y con una rentabilidad atractiva para ese momento… Poco duró la alegría cuando las Letras del Tesoro aparecieron con un interés más alto, producto que era ajeno a esta entidad.

Todavía seguíamos esforzándonos en la venta del FI hasta que los ahorros de los clientes interesaron más invertirlos en seguros de ahorro (eso sí, con el test de idoneidad obligatorio), necesitando pedir autorización para la comercialización de aquellosprimeros, pero no para fondos de otras gestoras. Finalmente nos encontramos que ahora es un fondo que no se puede ofrecer, dando excusas innecesarias y con nuestra palabra comprometida para con los clientes: ahora sí, ahora no.

Estamos convencidos que hay explicación para tanto cambio en tan breve espacio de tiempo (donde hay patrón no manda marinero) pero cuando los cambios son tan radicales uno puede llegar a tener otro tipo de sensaciones, y no como consecuencia de la marea que sabemos que sube y baja sin poder oponernos, sino por un aparente sinsentido que nos afecta en lo laboral y lo económico. Llevamos tiempo con unos
objetivos irreales, dinámicos, con esfuerzo para cumplirlos, sin ninguna contraprestación o apoyo, cada día hay más trabas, más complicaciones, más amenazas…

Antes de zarpar revisen los partes y tengan una hoja de ruta adecuada para que no tengan que variar el rumbo y en todo caso, solo sea corregir el timón.