Hay situaciones en las que no queda más remedio que arrimar el hombro por un hecho puntual, un proyecto que hay que sacar adelante o porque la situación concreta así lo requiere, dedicando más tiempo del estipulado por esa situación. Nos han acostumbrado a situaciones que suenan a cumplido con un nombramiento: “A partir de ahora confío en ti para que te encargues de ésto”, o “Quiero que asumas más responsabilidades”, o “Sé que puedo contar contigo”. Pero eso sí, sin que el salario, ni el puesto de trabajo ni los beneficios adiciones mejoren un ápice. Nos decimos a nosotros mismos que esas tareas extra son una buena inversión de cara a un futuro ascenso y que, a su debido tiempo recogeremos los frutos de nuestro trabajo (porque de ilusión también se vive).

El proyecto de esta Entidad financiera es ambicioso, con amplias miras de crecimiento en el negocio, que busca la alineación del personal con la estrategia del banco, con grandes dosis de formación; pero no tiene en cuenta a su capital humano:

●  La gestión del estrés por la sobrecarga del trabajo y la presión por el cumplimiento de los objetivos (especialmente en la red de oficinas).

●  La remuneración como compensación al esfuerzo y mitigación de la pérdida de valor adquisitivo.

 La promoción de opciones de desarrollo y carrera profesional (especialmente en SSCC).

Estos son sólo algunos de los aspectos que debe de mejorar esta entidad. También los basados en la productividad y la eficiencia.

Hablar de acciones transversales de robotización, profundizar en upskilling y reskilling, potencial el liderazgo o puesta en marcha de planes de acción,… suena más a demagogia o falsas promesas que a mejorar la capacidad económica y promoción de las personas que aquí trabajan.