Queremos dar la bienvenida al lado bueno de la historia al tripartito firmante del acuerdo de //AConecta por la que hacen suya la reclamación que ASCA defendió a los trabajadores frente a los objetivos desmesurados y a la descarterización de clientes. (Véase los comunicados de denuncia de clima y cómputo de objetivos, así como reuniones con responsable de //AConecta desde el principio de la implantación de este servicio). 

Aquel servicio que comenzó sus andanzas en la O.P. y SS.CC. de Vigo (acuerdo que sólo vieron y entendieron UGT y SIB-sf) y que se extendió a otras Territoriales de la entidad el año pasado (con el plácet de CCOO) quedó abierto al arbitrio de quien lo expone.

Queda muy bien cerrar acuerdos, pero cuando no se valoran las consecuencias, el arreglo es un parche. Y es que el doble cómputo de objetivos no deja de ser un “tira que libras” de cara al segundo semestre, que tendrá repercusiones en la plantilla…

         Esto supondrá un aumento de objetivos y la ampliación del servicio de //AConecta.

(sólo si aquellos lo vuelven a consentir)

La Revolución industrial del siglo XVIII trajo aparejado un proceso de transformación económica que comenzó siendo leonino para la clase trabajadora y que gracias a la lucha y la reivindicación se fue reajustando hasta conseguir que la jornada laboral fuera justa y por qué no decirlo, también saludable. En la actual Revolución digital parece que se han olvidado muchas de las lecciones aprendidas dando pasos para atrás, en la casilla del trabajador, claro. Y si los que deciden vieran más allá de su interés, se darían cuenta de que trabajar con jornada partida, sin apenas compensación, no es motivo de orgullo.

Cada día ABANCA sale adelante por la confianza de los clientes y el trabajo de la plantilla, de todos y cada uno de los que cada mañana se levantan y enchufan el ordenador o atienden a una oficina para hacer funcionar la máquina. Por eso el modelo de negocio de la empresa debe cuidar a uno de sus principales engranajes, y fomentar el trabajo colaborativo entre canales, primando no sólo los criterios cuantitativos individuales, sino también la importancia de la labor común, del esfuerzo de todos.

La máquina pita y anda, sí. Pero también necesita madera y esa se la echan a la caldera cada día los trabajadores. Y hay que engrasarla.